viernes, 27 de marzo de 2015

Decisiones.

Hoy quiero hablaros sobre las decisiones.
Todos tenemos que tomar decisiones a lo largo de nuestra vida. Algunas son pequeñas, de esas que estamos tomando continuamente, día a día. A esas nos les damos mucha importancia, no les dedicamos mucho tiempo. Sólo cuando una de esas aparentemente inocentes decisiones nos provocan un problema, sólo cuando algo sale mal, entonces nos paramos a pensar "quizás debí pensarlo mejor, quizás debí actuar de otra manera"

Luego están las decisiones "importantes". A mi modo de ver las cosas, hay momentos en la vida de toda persona en la que tiene que encaminar su vida, tiene que tomar una decisión que realmente va a condicionar su futuro. Y no me gusta pensar que toda tu vida va a depender de una serie de decisiones tomadas en unos momentos determinados. Quiero decir que no quiero pensar que tu vida va a depender de una decisión tomada, por ejemplo, en la adolescencia, cuando quizás to pensabas de la misma forma que ahora y obraste de una manera de la que no obrarías ahora. Sí que creo que hay decisiones que nos condicionan en cierto modo, pero yo siempre creeré que una persona, en cualquier momento de su vida, tiene el poder para cambiar las cosas. Creo que las personas tenemos la suerte y la responsabilidad de poder elegir, en todo momento, quienes queremos ser y qué queremos hacer de nuestra vida.

Y yo ahora mismo estoy en uno de esos momentos en los que tengo que decidir hacia dónde quiero encaminar mi vida. Concretamente se me presenta el problema de elegir qué estudiar, qué optativas elegir para cursar el último año de bachillerato. Con diecisiete años tienes que pararte a pensar " y yo, ¿ qué quiero hacer? ¿ a qué quiero dedicarme toda mi vida?" y muchas veces no es nada fácil. Ya sé que no es una decisión definitiva, que quizás nos comemos demasiado la cabeza, a lo mejor hacemos una montaña de un grano de arena. Quizás dentro de diez años pensemos " ¿ Por qué me agobié tanto por una cosa que realmente no era tan irreversible?"
Pero la realidad es que ahora para mí son todo indecisiones, comeduras de cabeza, miedo... Miedo a no ser lo suficientemente buena, miedo a equivocarse, miedo a no valer.
Me he pasado días buscando en internet, preguntando a la gente, y al final seguía como al principio. Y me he dado cuenta de que el problema es que, muchas veces, realmente queremos que decidan por nosotros, y eso no puede ser. Pedimos consejo a nuestros padres y en el fondo queremos que nos digan qué hacer, porque nosotros no tenemos nada claro. Y es que es mucho más fácil que alguien te diga qué hacer. Es mucho más fácil no tener que afrontar sólo todas esas dudas, pero es que me he dado cuenta de que al final nadie puede decirte qué hacer con tu vida. Porque es eso: Tu vida. Y nadie puede decidir por ti. y si deciden por ti, ¿ cómo llegarás a ser la persona que tú quieres?
Las decisiones asustan, la perspectiva de un futuro oscuro, el miedo a que algo salga mal, a quedarte a las puertas, a que todo se trunque...Llega un momento en que todo eso no te deja ver la ilusión que hay detrás de todo eso.

Ha llegado un momento en el que he tenido que cerrar los ojos, respirar, e imaginarme mi vida dentro de diez años. Y me imaginaba enseñando a niños, siendo psicóloga...Y las ideas me gustaban. Pero luego me veía en una consulta, ayudando a alguien,o a un niño haciéndome un dibujo y colgándolo en mi consulta. Y me he dado cuenta de que esa era la imagen que me hacía sonreír.
Te pones a pensar en una carrera, y esa es la primera que te viene a la cabeza, siempre que te pones a hablar de tu futuro, siempre te imaginas trabajando en eso...
Y todo el mundo te dice que es muy larga la carrera, que es muy dura y que hay poco trabajo. Te desanimas y temes no ser lo suficientemente buena. Piensas que no obtendrás suficiente nota.
Y creo que ese es el peligro, que dejamos de ver todo lo demás.

Soy Natalia y quiero estudiar medicina. Quizás pienses que estoy loca, que me va a costar muchísimo y que necesito una nota altísima pero, ¿ sabes qué? Que eso es lo que más ilusión me hace en la vida. Y todo lo que merece la pena cuesta trabajo. Quizás me equivoque, quizás tome decisiones equivocadas...Pero en eso consiste la vida. La decisiones son así: Unas veces aciertas y otras no. Pero siempre tenemos la posibilidad de elegir, de decidir qué vida queremos llevar, de trabajar para ser quien queremos ser. Y yo...Yo quiero ser médico, cueste lo que cueste.

sábado, 7 de marzo de 2015

Close your eyes

Lo puedo sentir. Me voy a perder, una vez más. Y una vez más no me va a importar.
Volverás a tentarme. Con una sonrisa, me invitarás a seguirte. Y cogeré tu mano tendida hacia mí, aún sabiendo que estaremos recorriendo el mismo camino de siempre. El que siempre termina conmigo perdida, perdida y rota. Y es que llegará un momento en el que soltarás mi mano y te irás. De repente volveré a estar sola, confundida como siempre, preguntándome como puedo quererte tanto, preguntándome por qué vuelvo a caer, una y otra vez, sin remedio, en la misma trampa.
Y es que tú sabes el camino de vuelta, y volverás a recorrer la misma senda, la que te aleja de mi. Tú volverás a ser el mismo y yo me quedaré hecha pedazos.

Y aun sabiendo todo esto, aun conociendo la historia de memoria, sé que volveré a tomar tu mano. Sé que esa sonrisa volverá a hacer de las suyas.
¿ Cómo huir de la única persona que, a pesar de que fue la que te rompió, es también la única capaz de unir tus pedazos?
Todos los días maldigo esa felicidad efímera que me das. Todos los días me odio porque sé que volverás a hacerme la misma propuesta y yo aceptaré. Sucumbiré a ese amor que me da la vida y me la quita, a ese amor por el que rezo todos los días para que se convierta. Rezo porque tú también lo sientas, o para ser lo bastante tonta para creer que lo que yo siento es mutuo. Pero no hay mayor mentira que la que se dice uno mismo.
Supongo que en el fondo sé que tu no sientes lo mismo, que nunca lo sentirás. Entonces me desengaño y decido seguir adelante.

Pero ahí está otra vez tu mano, insinuando una nueva oportunidad, una nueva esperanza.

Y dicen que la esperanza es lo último que se pierde. A lo mejor, en ocasiones, sería mejor perderla desde el principio.