sábado, 9 de mayo de 2015

If I just...

-No le dejes ir, nunca. Si de verdad le quieres, deja de pensar en lo raro que puede parecer. No dejes que piense que lo ves sólo como a tu mejor amigo si no es así como te sientes. Lánzate.
Sé que da miedo, mucho miedo, pensar que algo puede salir mal, que quizás no estáis destinados a ser nada más que eso, amigos. Asusta pensar que igual estás arriesgando lo más preciado que tienes: Su amistad. 
Pero, contéstame, ¿acaso no sientes, en lo más profundo de tu corazón, debajo de todo el miedo, que merece la pena intentarlo?  ¿Que merecería la pena con tal de verle sonreír todas las mañanas?
No te traiciones a ti misma. Si dejas que se vaya mañana sin decirle lo que sientes, te arrepentirás el resto de tu vida.
Y te pasarás la vida buscando a alguien que pueda llegar a compararse con él. Saldrás con el chico más perfecto que puedas conseguir, todo para intentar olvidar su sonrisa y el dolor que te produce no poder verla, no poder provocarla. Intentarás olvidarle pero...Pero no podrás. Y todos los días te acordarás de ese aeropuerto, de esa mirada  y de esa última promesa.

-¿Por qué me dices todo esto? Hablas como si te...

-Sí; Como si hubiese estado allí, en ese aeropuerto, como si hubiese mirado a la persona que más quería a los ojos y me hubiese callado, por última vez, aquello que tantas veces había querido decirle.
Como si hubiese dejado que se fuese, que cumpliese su sueño...Sin mi.
Así le quería: Tanto como preferir que fuese feliz sin mi.
Y me arrepiento, cada día, cuando me escribe y me habla de su hija, cuando hablamos por skype y me doy cuenta, al mirarle, de que verdaderamente no lo es.
No es feliz, no lo es... Y no puedo evitar preguntarme si, en algún momento, pensó que podía serlo conmigo.